El asesinato ocurrió en una noche de lluvia. Las gotas caían como pequeñas canicas, y al golpear contra los cristales de las ventanas, provocaban un sonido monótono y constante. En medio de este ambiente de tensión y peligro, alguien había perdido la vida.
La víctima era un hombre de negocios muy conocido en el lugar. Se llamaba Isidro Fernández y había sido encontrado muerto en su apartamento. Presentaba varias heridas de arma blanca 🔪.
Comenzamos nuestra investigación, entrevistando a los conocidos de la victima y buscando pistas en la escena del crimen, pero lo único que encontramos fue un diario en el que la victima describía sus sueños. Cuanto más investigábamos, más extraño parecía todo.
Estuvimos trabajando durante varios años, sin embargo, el misterio del asesinato nunca pudo ser resuelto.
Los vecinos dicen que el culpable fue un extraño hombre que apareció una vez en el hipódromo.
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